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martes, 29 de noviembre de 2016

Anhelo de llegar a casa
… ellos anhelaban una patria mejor, es decir, la patria celestial… (v. 16 RVC).

Lectura: Hebreos 11:8-16
Mi esposa entró en el cuarto y me encontró con la cabeza metida dentro del gabinete del reloj de nuestro abuelo. «¿Qué estás haciendo?», preguntó. «Este reloj huele igual que la casa de mis padres —contesté avergonzado mientras cerraba la puerta—. Supongo que se podría decir que estaba yendo un rato a casa».
El olfato puede evocar recuerdos intensos. Hacía casi 20 años que habíamos llevado el reloj al otro lado del país desde la casa de mis padres, pero el aroma de la madera en el interior todavía me llevaba de regreso a mi niñez.
El escritor de Hebreos habla de otras personas que anhelaban una casa, pero de una manera distinta. En vez de mirar hacia atrás, veían con fe a su futuro hogar celestial. Aunque lo que esperaban parecía lejano, confiaban en la fidelidad de Dios a su promesa de llevarlos a un lugar donde estarían con Él siempre (Hebreos 11:13-16).
Filipenses 3:20 nos recuerda que «nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo». Mirar hacia adelante para ver a Jesús y recibir todo lo que Dios nos ha prometido nos ayuda a mantenernos enfocados. ¡Ni el pasado ni el presente pueden compararse con lo que está por delante!
— jb

lunes, 21 de noviembre de 2016

¿Qué harás tú?
La muerte y la vida están en poder de la lengua… (Proverbios 18:21).

Lectura: Efesios 4:25-32
Emilia escuchaba mientras unos amigos hablaban de sus costumbres para la fiesta de Acción de Gracias. Uno explicó: «Uno por uno, decimos por qué estamos agradecidos». Otro mencionó: «Aunque mi padre tenía demencia senil, su oración de gratitud al Señor era clara». Y otro compartió: «Nosotros cantamos juntos, ¡y mi abuela nunca para de cantar!». Emilia sintió celos y tristeza al pensar en su familia, y se quejó: «Nuestra costumbre es comer, mirar televisión y no mencionar a Dios ni dar gracias por nada».
En ese momento, se sintió mal por su actitud y se preguntó: Tú eres parte de esa familia. ¿Qué te gustaría hacer para cambiar ese día? Entonces, decidió decirle a cada uno que daba gracias al Señor porque eran su hermana, sobrina, hermano o sobrina nieta. Llegó el día y así lo hizo, y todos se sintieron amados. Fue difícil porque no era habitual conversar así en familia, pero se sintió muy feliz de decirles que los amaba.
El apóstol Pablo escribió: «No salga de vuestra boca ninguna palabra mala, sino sólo la que sea buena para edificación, según la necesidad del momento, para que imparta gracia a los que escuchan (Efesios 4:29 LBLA). Nuestras palabras de agradecimiento pueden recordarles a otros cuánto valen para nosotros y para Dios.
— Anne Cetas

Nos visitan Sarita y Jody  dos belezas de Holanda en su estancia en Jaén como alumnas "Erasmus"

Sara pone la medalla a su padre en el encuentro ciclista de Castillo de Locubin


Celebración en Linares del 499 aniversario de la Reforma

miércoles, 16 de noviembre de 2016

¿Le intereso a alguien?
… [Jesucristo] se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo… (Filipenses 2:7).

Lectura: Eclesiastés 1:1-11
Mientras espero para pagar en el supermercado, miro alrededor y veo jóvenes con la cabeza afeitada y anillos en la nariz buscando patatas fritas embolsadas; un joven profesional comprando carne, espárragos y patatas; y una anciana observando los duraznos y las fresas. Me pregunto: ¿Conoce Dios el nombre de todas estas personas? ¿Realmente le interesan?
El Creador de todas las cosas lo es también de cada ser humano, y todos somos dignos de su amor y atención. Dios demostró ese amor en persona sobre las onduladas colinas de Israel y, al final, en la cruz.
Cuando Jesús visitó la Tierra como siervo, demostró que la mano de Dios no es demasiado grande para la persona más pequeña de este mundo. En esa mano, no solo nuestros nombres están grabados, sino también las heridas del precio que pagó por amarnos tanto.
Cuando siento lástima de mí mismo o me abruma la angustia de la soledad —emociones bien descritas en los libros de Job y Eclesiastés—, leo los Evangelios, que relatan las historias y las obras de Jesús. Si pienso que a Dios no le interesa mi existencia «debajo del sol» (Eclesiastés 1:3), estoy contradiciendo una de las principales razones por las que Jesús vino a la Tierra. Él es la respuesta a mi cuestionamiento: ¿Le intereso a alguien?
— Philip Yancey
Retiro en Priego de Córdoba, en el centro Monte Olivos, las iglesias de Torredonjimeno que se reúnen en avenida Cristóbal Colón  y Córdoba que se reúnen en calle Laurel
Nuestro homenaje a los que no están.
Hombre 12
… corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante (12:1).

Lectura: Hebreos 11:32–12:3
La Biblia en un año: Hebreos 11:20-40
En el estadio de la Universidad A&M de Texas, hay un cartel enorme que dice: «CASA DEL HOMBRE 12». Aunque los equipos pueden tener solo once jugadores en el campo, el Hombre 12 alude a los miles de alumnos que se quedan de pie durante todo el partido para alentar al equipo. Según la tradición, esto se remonta a 1992, cuando el entrenador llamó a un alumno de la tribuna para que se pusiera el uniforme y estuviera listo para reemplazar a un jugador lesionado. Aunque nunca entró a jugar, su presencia y disposición alentó enormemente al equipo.
Hebreos 11 describe a héroes de la fe que enfrentaron grandes pruebas y permanecieron fieles a Dios. Y el capítulo 12 comienza diciendo: «Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante» (v. 1).
No estamos solos en nuestro sendero de la fe. Santos destacados y personas comunes, fieles al Señor, nos alientan con su ejemplo y con su presencia en el cielo. Son como un Hombre 12 espiritual, de pie mientras nosotros seguimos en el campo.
Mientras ellos nos alientan, mantenemos la mirada en Jesús, «el autor y consumador de la fe» (12:2).
— david c. mccasland

viernes, 22 de julio de 2016

del lamento al festejo

Del lamento al festejo

… me ha enviado a [que…] les dé gloria en lugar de ceniza, óleo de gozo en lugar de luto… (vv. 1, 3).

Lectura: Isaías 61:1-4
«Vamos a prescindir de su trabajo». Hace una década, estas palabras me dejaron tambaleando cuando la compañía para la que trabajaba eliminó mi cargo. Me sentí destruida porque, en parte, mi identidad estaba sumamente entrelazada con mi papel como editora. Hace poco, sentí una tristeza similar cuando escuché que mi labor como trabajadora independiente se terminaba. Pero, esta vez, no sentí que se me movía el piso, ya que, con el tiempo, he visto la fidelidad de Dios y su manera de transformar mi tristeza en gozo.
Aunque vivimos en un mundo caído donde experimentamos angustias y frustraciones, el Señor puede cambiar nuestra desesperación en gozo, como vemos en la profecía de Isaías sobre la venida del Cristo (Isaías 61:1-3). El Señor nos da esperanza en la desilusión, nos ayuda a perdonar cuando pensamos que no podemos, nos enseña que nuestra identidad está en Él y no en lo que hacemos, y nos anima frente a un futuro desconocido.
Cuando enfrentamos una pérdida, es normal que lo lamentemos, pero debemos impedir que la situación nos amargue o endurezca. Cuando recordamos la fidelidad del Señor a través de los años, sabemos que su gracia es suficiente para volver a cambiar nuestra tristeza en gozo, y que Él puede hacerlo.
— Amy Boucher Pye

domingo, 29 de mayo de 2016

Él se puso en nuestro lugar
Pues en cuanto él mismo padeció siendo tentado, es poderoso para socorrer a los que son tentados (v. 18).

Lectura: Hebreos 2:10-18
La biblia en un año: Juan 10:24-42
Para ayudar a su equipo de arquitectos jóvenes a entender las necesidades de sus clientes, David Dillard los envía a «pijamadas». Se ponen sus pijamas y pasan 24 horas en un centro para personas de la tercera edad, en las mismas condiciones que ellos: con audífonos para simular pérdida de audición, dedos pegados con cintas para limitar la destreza manual y gafas para representar problemas visuales. Dillars declara: «Lo más beneficioso es que, cuando envío jóvenes de 27 años, vuelven con un corazón diez veces más grande. Conocen a las personas y entienden sus dificultades».
Jesús vivió 33 años en esta Tierra como un ser humano. Fue hecho como nosotros, «en todo semejante a sus hermanos» (Hebreos 2:17), para saber cómo se vive con un cuerpo humano en este mundo. Por eso, entiende las luchas que enfrentamos y se pone a nuestro lado para comprendernos y alentarnos.
«Pues en cuanto [Jesús] mismo padeció siendo tentado, es poderoso para socorrer a los que son tentados » (v. 18). El Señor podría haber evitado la cruz, pero obedeció a su Padre. Con su muerte, destruyó el poder de Satanás y nos libró del temor a la muerte (vv. 14-15).
En toda tentación, Jesús camina a nuestro lado para alentarnos, fortalecernos y darnos esperanza.
— david c. mccasland

Señor, gracias por «ponerte en nuestro lugar».
Jesús comprende.

martes, 10 de mayo de 2016

Nuestra defensa divina
… tomad […] la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios (Efesios 6:17).

Lectura: Nehemías 4:7-18
Supervisados por Nehemías, los obreros israelitas reedificaban los muros de Jerusalén. Sin embargo, cuando estaban cerca de la mitad de la obra, se enteraron de que sus enemigos planeaban atacar la ciudad, y la noticia desmoralizó a estos trabajadores ya exhaustos.
Nehemías tenía que hacer algo. Entonces, primero, oró y puso varios guardias en lugares estratégicos. Después, les dio armas a sus trabajadores: «Los que edificaban en el muro, los que acarreaban, y los que cargaban, con una mano trabajaban en la obra, y en la otra tenían la espada. Porque los que edificaban, cada uno tenía su espada ceñida a sus lomos, y así edificaban» (Nehemías 4:17-18).
Nosotros, constructores del reino de Dios, necesitamos armarnos contra los ataques de Satanás, nuestro enemigo espiritual. La Palabra de Dios, la espada del Espíritu, nos protege. Memorizarla y meditar en ella nos permite «estar firmes contra las asechanzas del diablo» (Efesios 6:11). Nos recuerda la promesa de que lo que hacemos para Dios durará eternamente (1 Corintios 3:11-15), que hemos sido perdonados por el poder de la sangre de Cristo (Mateo 26:28) y que llevaremos frutos en la medida en que el Señor habite en nosotros (Juan 15:5).
¡La Palabra de Dios es nuestra defensa divina!
— Jennifer Benson Schuldt

domingo, 8 de mayo de 2016

Nunca se olvida
… yo nunca me olvidaré de ti (v. 15).

Lectura: Isaías 49:13-21
La biblia en un año: Lucas 24:36-53
Durante la celebración de los 50 años de su madre, ante la presencia de cientos de personas, Kukua, la hija primogénita, relató lo que su progenitora había hecho por ella. Recordaba que habían sido tiempos difíciles y los recursos en el hogar escaseaban. No obstante, su madre soltera se privó de comodidades personales, y vendió sus joyas y otros bienes para que ella pudiera estudiar. Con lágrimas en los ojos, declaró que su madre nunca la había abandonado, ni a ella ni a sus hermanos, a pesar de lo difícil que era todo.
Dios comparó su amor por su pueblo con el de una madre por sus hijos. Cuando Israel sintió que el Señor lo había abandonado durante el exilio, se quejó: «Me dejó el Señor, y el Señor se olvidó de mí» (Isaías 49:14). Pero Dios afirmó: «¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti» (v. 15).
Cuando estamos angustiados o decepcionados, tal vez nos sintamos abandonados por la sociedad, la familia y los amigos, pero Dios no nos abandona. Las palabras del Señor son un gran aliento: «He aquí que en las palmas de las manos te tengo esculpida» (v. 16), con lo que indica cuánto sabe y nos protege. Aunque la gente nos dé la espalda, Dios nunca abandona a los suyos.
— Lawrence Darmani

lunes, 18 de abril de 2016

Tácticas no convencionales
… no sabemos qué hacer, y a ti volvemos nuestros ojos (v. 12).

Lectura: 2 Crónicas 20:1-13
La biblia en un año: Lucas 14:25-35
En 1980, en la Maratón de Boston, una mujer subió al metro. No tenía nada de raro, excepto por un pequeño detalle: ¡se suponía que estaba corriendo la carrera! Más tarde, algunos la vieron volver a correr cuando faltaba menos de un kilómetro para la llegada. Terminó delante de todas las otras mujeres y, extrañamente, ni siquiera estaba cansada ni muy transpirada. Por un rato, pareció ser la ganadora.
Hace mucho, un pueblo que perdía una batalla encontró una manera más honrosa de ganar. Cuando algunos mensajeros le dijeron al rey Josafat: «Contra ti viene una gran multitud» (2 Crónicas 20:2-3), se aterrorizó; pero, en vez de recurrir a sus habituales tácticas militares, buscó a Dios. Reconoció su supremacía, y le confesó su miedo y confusión: «no sabemos qué hacer, y a ti volvemos nuestros ojos» (v. 12). El resultado fue asombroso. Sus enemigos se pelearon entre sí (vv. 22-24) y, al final: «el reino de Josafat tuvo paz, porque su Dios le dio paz por todas partes» (v. 30).
La vida puede tendernos una emboscada mediante desafíos asombrosos. Sin embargo, los miedos e incertidumbres nos dan la oportunidad de recurrir a nuestro Dios todopoderoso. Él se especializa en lo no convencional.
— Tim Gustafson

lunes, 11 de abril de 2016

¿Para quién trabajo?
… ¿Para quién trabajo yo, y defraudo mi alma del bien?… (v. 8).

Lectura: Eclesiastés 4:4-16
La biblia en un año: Lucas 11:1-28
Enrique trabajaba 70 horas por semana. Le encantaba su trabajo y llevaba a casa un sueldo considerable para proveer cosas buenas a su familia. Siempre planeaba trabajar menos, pero no lo hacía. Una noche, llegó con una noticia excelente: lo habían ascendido a la posición más importante de la compañía… pero no había nadie en la casa. Sus hijos ya eran adultos y vivían en otra parte, su esposa estaba dedicada a su propia profesión, y, ahora, la casa estaba vacía. No tenía con quién compartir su buena noticia.
Salomón escribió sobre la necesidad de mantener un equilibrio entre la vida y el trabajo: «El necio se cruza de brazos, y acaba por destruirse a sí mismo» (Eclesiastés 4:5 RVC). No queremos llegar al extremo de ser holgazanes, pero tampoco deseamos caer en la trampa de ser un trabajólico. «Más vale un puño lleno con descanso, que ambos puños llenos con trabajo y aflicción de espíritu» (v. 6); en otras palabras, es mejor tener menos y disfrutar más. Es necio sacrificar las relaciones interpersonales en el altar del éxito. Los logros son efímeros, pero las personas son las que hacen la vida significativa, gratificante y placentera (vv. 7-12).
Si administramos el tiempo sabiamente, podemos aprender a trabajar para vivir en lugar de vivir para trabajar.
— Poh Fang Chia

jueves, 31 de marzo de 2016

Sígueme
… Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos… (v. 17).

Lectura: Marcos 2:13-17
La biblia en un año: Lucas 6:1-26
Los gimnasios ofrecen diferentes programas para quienes desean adelgazar o mantenerse saludables. Hay uno que solo se ocupa de personas que quieren perder, como mínimo, unos veinte kilos y desarrollar una vida sana. Una mujer que asistía a uno de esos gimnasios dijo que no iba más porque sentía que algunos la miraban y criticaban su cuerpo fuera de forma. Ahora hace ejercicio cinco días por semana y está logrando sus objetivos en un entorno positivo y acogedor.
Hace 2.000 años, Jesús vino a invitar a que lo siguieran aquellos que estaban espiritualmente fuera de forma. Leví fue uno de ellos. Jesús lo vio en el lugar donde cobraba impuestos, y le dijo: «Sígueme» (Marcos 2:14). Sus palabras lo cautivaron, y Leví lo siguió. Los cobradores de impuestos solían ser codiciosos y deshonestos, y se los consideraba ritualmente impuros. Cuando los líderes religiosos vieron que Jesús comía en su casa, preguntaron: «¿Qué es esto, que él come y bebe con los publicanos y pecadores?» (v. 16). Jesús respondió: «No he venido a llamar a justos, sino a pecadores» (v. 17).
Jesús vino a salvar a los pecadores, incluidos tú y yo. Nos ama, nos recibe con agrado y nos llama a seguirlo. A medida que caminamos con Él, nuestra condición espiritual mejora cada vez más.
— Marvin Williams
Señor, quiero ayudar a otros a mejorar espiritualmente.

miércoles, 16 de marzo de 2016

En alta estima

… ¿No valéis vosotros mucho más que [las aves]? (v. 26).

Lectura: Mateo 6:25-34
Hace años, tenía una oficina en Boston, desde donde se veía el Cementerio de Granary, donde están sepultados varios héroes norteamericanos. Aunque las lápidas mencionan sus nombres, nadie sabe realmente dónde está el cuerpo de cada uno de ellos, ya que esas piedras se han movido muchas veces, tanto para hacer que el lugar fuera más pintoresco como para que quienes cortaban el césped tuvieran más espacio para trabajar. Aunque en el cementerio hay unos 2.300 epitafios, ¡casi 5.000 personas están sepultadas! Pareciera que, aun muertas, no se sabe bien quiénes son algunas personas.
A veces, nos sentimos como esos residentes anónimos de Granary: desconocidos e invisibles. La soledad puede hacernos sentir ignorados, incluso por Dios. Sin embargo, debemos recordar que, aunque pensemos que nuestro Creador se olvidó de nosotros, no es así. Dios no solo nos hizo a su imagen (Génesis 1:26-27), sino que también nos tiene en alta estima, y envió a su Hijo para salvarnos (Juan 3:16).
Aun en las horas más oscuras, podemos descansar en la certeza de que nunca estamos solos, porque nuestro Dios amoroso está con nosotros.
— Randy Kilgore

Señor, gracias por saber todo de mí y no abandonarme nunca. Que pueda compartir la verdad de tu presencia permanente, para consolar a aquellos que se sienten solos.

miércoles, 9 de marzo de 2016

Por favor, entra
Acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe… (v. 22).

Lectura: Hebreos 10:19-25
La biblia en un año: Marcos 11:19-33
La casa de una amiga está ubicada junto a una pequeña calle rural que los conductores usan durante las horas de mayor tránsito, para evitar la ruta principal y los semáforos. Hace unas semanas, llegaron unos obreros para reparar el pavimento y colocaron unas barreras con carteles que decían: «Prohibido pasar». Mi amiga contó: «Al principio, me preocupé porque pensé que no podría entrar con mi automóvil. Pero, después, seguí leyendo: “Acceso permitido solo para residentes”. No había desvíos ni barreras para mí. Tenía derecho a entrar y salir cuando quisiera porque vivía allí. ¡Me sentí especial!».
En el Antiguo Testamento, el acceso a Dios en el tabernáculo y en el templo estaba estrictamente restringido. Solamente el sumo sacerdote podía atravesar el velo y entrar a ofrecer sacrificios en el Lugar Santísimo. Además, podía ingresar una sola vez al año (Levítico 16:2-20; Hebreos 9:25-26). Sin embargo, en el mismo momento en que Jesús murió, el velo del templo se rasgó de arriba hacia abajo, mostrando que la barrera que separaba al ser humano de Dios había sido destruida para siempre (Marcos 15:38).
El sacrificio de Cristo por nuestros pecados permite que todos los que le aman puedan entrar en su presencia en cualquier momento. Él nos ha otorgado el derecho de admisión.
— Marion Stroud

Señor, gracias por darme acceso a tu presencia.

miércoles, 24 de febrero de 2016

UN MENSAJE PARA LA HUMANIDAD


YO SOY
"Porque yo Jehová soy tu Dios, quien te sostiene de tu mano derecha y te dice: “No temas, yo te ayudo.”  Isaías 41:13  (RVR1995)
Dios en su infinito conocimiento, sabe todo tu pasado, presente y lo más grandioso es que también conoce tu futuro. En ocasiones nos ponemos ansiosos por saber que será de nuestras vidas el día de mañana.  La mente y el corazón se llenan de temor al no saber que te deparará el futuro. Pero Dios  con todo su conocimiento te dice: “No temas, Yo estoy contigo” Con estas palabras te invita a que solo puedas confiar en Él y comprender  que eso también pasará.
     Miguel Á. Veizaga
         CVCLAVOZ

lunes, 22 de febrero de 2016

NO LO MEREZCO

No lo merezco...
 
Muchas veces en el camino nos hemos sentido indignos o inmerecedores de una vida bendecida por los errores que cometemos o las debilidades que tenemos. Así como la historia del hijo prodigo:
“Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti. Ya no soy digno de ser llamado tu hijo; hazme como a uno de tus jornaleros. Y levantándose, vino a su padre. Y cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, y fue movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello, y le besó. Lucas 15:18-20
Este hijo tardó en acercarse a su padre porque se creía inmerecedor de recibir algo de su parte.  Después de haber sufrido mucho por las decisiones equivocadas que tomó, sabía que no tenía otra salida. Finalmente decide volver pero no viéndose a sí mismo como hijo, sino como empleado, no como digno de los privilegios que tiene un hijo, hasta que su padre le demuestra lo contrario.
Por otro lado, quisiera comparar esta historia con otra:
Entrando Jesús en Capernaum, vino a él un centurión, rogándole, y diciendo: Señor, mi criado está postrado en casa, paralítico, gravemente atormentado. Y Jesús le dijo: Yo iré y le sanaré.
Respondió el centurión y dijo: Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo; solamente di la palabra, y mi criado sanará. Mateo 8:5-8
El Centurión era un oficial que ocupaba un alto rango del ejército Romano. Tampoco se creía digno porque conocía las cosas que hacía, pero esto no lo apartó de Dios, al contrario, precisamente porque se vio inferior es que fue a Jesús. Sabía que era el único que podía ayudarlo, su criado estaba enfermo y confiaba en que Él lo podía sanar solamente con una palabra.
“…No soy digno de desatar la correa del calzado.” Juan 1:27
La verdad es que no somos merecedores del amor y perdón de nuestro Padre Dios, ni siquiera de desatar su calzado como dice Juan el bautista. No somos dignos de tener una vida bendecida, ni de ser hijos de Dios, pero Él quiso que así fuese. Todo lo que recibes de Dios no es porque lo merezcas, sino porque Él te ama.
Si has sentido vergüenza de acercarte a Dios por tus errores o debilidades, te quiero preguntar: ¿Hasta cuándo huiras de su presencia? ¿Sabías que lejos de Él nada podrás hacer? (Jn 15:5) Así que por más que nos apartemos volveremos a sus pies. ¿Por qué esperar más sufrimiento como el hijo prodigo?
En este momento acércate a tu padre con una oración, pídele perdón y vive la vida realizada que Él tiene para ti.
¡No lo merecemos, pero somos amados!
 Shirley Chambi
    CVCLAVOZ

sábado, 20 de febrero de 2016


Cuatro formas de mirar
Meditaré en todas tus obras, y hablaré de tus hechos (v. 12).

Lectura: Salmo 77:1-15
La biblia en un año: Marcos 2
Mientras luchaba con algunas situaciones difíciles con sus hijos, Juana se sentó en la reunión de alabanza. Exhausta, tenía ganas de «renunciar» a su papel de madre. Las cuatro reflexiones que escuchó esa mañana la ayudaron a seguir adelante:
Mira hacia arriba y ora. Asaf expresó que sentía que Dios se había olvidado de él y lo rechazaba (Salmo 77:9-10). Podemos decirle todo al Señor con sinceridad y pedirle cualquier cosa. La respuesta quizá no llegue en el momento o de la manera que esperamos, pero Él no nos criticará por preguntar.
Mira atrás y recuerda lo que Dios hizo por ti y por otros. Asaf no habló con Dios solo sobre el dolor; también recordó el poder y las obras maravillosas del Señor por su pueblo. Escribió: «Me acordaré de las obras del Señor; sí, haré yo memoria de tus maravillas antiguas» (v. 11).
Mira hacia delante. Piensa en lo bueno que puede salir de una situación. ¿Qué podrías aprender? ¿Qué puede querer lograr Dios? ¿Qué sabes que hará ya que sus caminos son perfectos? (v. 13).
Mira otra vez. Esta vez, mira tus circunstancias con los ojos de la fe. Recuérdate a ti mismo que Él es el Dios de grandes maravillas y que es digno de confianza (v. 14).
Que estas ideas te ayuden a recuperar la perspectiva y a avanzar en tu andar de fe con Jesús.
— Anne Cetas

Padre, quiero mirarte en medio de mis problemas.

viernes, 19 de febrero de 2016


Salmo 112 pincha para verlo
La voz de la fe
Aunque la higuera no florezca […] con todo, yo me alegraré en el Señor… (vv. 17-18).

Lectura: Habacuc 3:16-19
La noticia fue abrumadora. Las lágrimas vinieron con tanta rapidez que ella no pudo reprimirlas. Las preguntas inundaban su mente, y el temor amenazaba con abrumarla. Todo iba tan bien cuando, de repente, la vida fue interrumpida y cambió para siempre sin previo aviso.
La tragedia llega de muchas maneras: una enfermedad, la pérdida de un ser querido, del patrimonio o del sustento. Puede pasarle a cualquiera en cualquier momento.
Aunque el profeta Habacuc sabía que se aproximaba una tragedia, el temor se apoderó de su corazón. Mientras esperaba el día en que Babilonia invadiría el reino de Judá, su corazón latía fuertemente, y le temblaban los labios y las piernas (Habacuc 3:16).
El miedo es una emoción legítima frente a la tragedia, pero no tiene por qué inmovilizarnos. Cuando no entendemos las pruebas que estamos atravesando, podemos recordar cómo ha obrado Dios en la historia (vv. 3-15). Eso fue lo que hizo Habacuc; y aunque no disipó sus temores, cobró valor para seguir adelante al decidir alabar al Señor (v. 18).
Dios ha probado su fidelidad y que siempre está con nosotros. Como su carácter no cambia, cuando tenemos miedo, podemos decir con la voz tranquila de la fe: «El Señor es mi fortaleza» (v. 19).
— Poh Fang Chia

Señor, ayúdame a confiar en ti cuando mi mundo tiembla.

miércoles, 17 de febrero de 2016

Abrir puertas
… id, y haced discípulos a todas las naciones… (v. 19).

Lectura: Mateo 28:16-20
La biblia en un año: Mateo 28
Charlie Sifford es un nombre importante en el deporte. Fue el primer jugador afroamericano en jugar en la Asociación de Golfistas Profesionales, en un deporte que, hasta 1961, tenía una cláusula que prohibía la participación de personas de color. Sifford soportó la injusticia y el acoso racial, y se ganó su puesto en el nivel más alto del juego: ganó dos torneos y, en 2004, fue el primer afroamericano en entrar en el Salón de la Fama del Golf Mundial. Charlie Sifford abrió la puerta para los jugadores de golf de todas las etnias.
Abrir puertas también es una temática central en la misión del evangelio. Jesús dijo: «Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo» (Mateo 28:19-20).
La palabra naciones (v. 19) viene del vocablo griego etnos, en el que se basa la palabra étnico. En otras palabras: «Id y haced discípulos a todas las etnias». La obra de Jesús en la cruz abrió el camino al Padre para todos.
Ahora, tenemos el privilegio de abrir la puerta para otros que jamás soñaron que serían bienvenidos en la casa y la familia de Dios.
— Bill Crowder

Señor, ayúdame a ser sensible con los demás y a hablarles de ti.

¿Pregunta de Dios para ti o viceversa? (Mariángeles)

 Hay quien se pregunta ¿Cómo un Dios Santo, puede ser justo y misericordioso a la vez? 

Aceptamos muy bien la misericordia de Dios pero nos cuesta entender que Dios también es justo y no puede tolerar el pecado. 

Que nos encontremos ante la ira de Dios o su misericordia, dependerá al final de nuestra decisión ante la solución que Él no dió.

"Tranquila, yo pago"

En un reino pequeño, el Rey era reconocido por ser un hombre justo y compasivo; en aquellos tiempos se había establecido una ley muy especial, y el castigo por violar esta ley era recibir 40 azotes. El reo que tenía que ser azotado era atado a una columna donde se le descubría toda la espalda y el ejecutor desde una distancia segura lo azotaba con un azote de cuero que tenían en las puntas unas pequeñas bolitas de metal recubiertas con púas y al tirar el azote las bolitas se incrustaban arrancando la carne.

Por lo general, una persona con un estado corporal débil moría antes de que finalice el castigo. Mientras que las personas con estado corporal fuerte sobrevivían pero terminaban con toda la espalda desgarrada, hasta el punto de verse los huesos.

Un día la madre del Rey fue quien cometió ese delito, fue juzgada y sentenciada. Por este hecho surgieron dos tipos de opiniones entre el pueblo. Unos decían: “El Rey es justo, va a dejar que su madre reciba el castigo por el delito”, otros decían: “Como el Rey ama a su madre y la va a perdonar”.

Llegó el esperado día del juicio en donde todos los ciudadanos se juntaron en la entrada del palacio para ver cuál iba a ser la decisión del Rey. El Rey estaba presidiendo el juicio y cuando presentaron las pruebas en contra de su madre, tuvo que dar la sentencia: “Aten a esta pecadora en la columna”, dijo.

Por un lado los ciudadanos decían: “el Rey, si es justo”, y por otro lado hablaban mal acerca del rey: “¿Cómo es posible que vaya matar a su propia madre?”(

Mientras los soldados llevaban a la madre hacia la columna, el Rey se levantó en silencio, se sacó su corona y empezó a desvestirse, bajó y caminó hacia donde estaba su madre quien temblaba de miedo. La abrazó por su espalda quedándose con ella y dijo: “¡Azoten a esta pecadora!”

El verdugo al ejecutar la orden, ¿A quién creen que golpeo? 
Fue el Rey quien recibió el castigo, porque a pesar del delito cometido no podía dejar que ella recibiera el castigo. El Rey amaba de gran manera a su madre, pero también debía ser justo al mismo tiempo. Lo único que Él podía hacer era recibir el castigo en lugar de ella.

Esta historia se asemeja al gran amor y la justicia de Dios, al estar sentenciados a un castigo eterno, El bajó de su trono en forma de hombre para ponerse en nuestro lugar como lo dice: Isaías 53:5 “Pero él fue traspasado por nuestras rebeliones y aplastado por nuestros pecados. Fue golpeado para que nosotros estuviéramos en paz, fue azotado para que pudiéramos ser sanados.” 

Merecíamos la muerte por nuestros pecados pero a cambio Cristo pagó el precio y con ello nos da paso a tener una relación intima con Dios, y de disfrutar las bendiciones que él ofrece.

¡Tenemos un valor incalculable, porque valemos la sangre de un Rey!

Romanos 6:23 “Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.”

lunes, 15 de febrero de 2016

La decisión de una viuda
Cercano está el Señor a los quebrantados de corazón… (v. 18).

Lectura: Salmo 34:15-22
La biblia en un año: Mateo 27:27-50
Cuando una amiga perdió de repente a su esposo por un ataque al corazón, lloré con ella. Como consejera, ella había consolado a muchas personas. Ahora, después de cuarenta años de matrimonio, se enfrentaba a la horrible perspectiva de volver a una casa vacía todos los días.
En medio de su dolor, nuestra amiga se apoyó en Aquel que está «cercano […] a los quebrantados de corazón». Mientras Dios la acompañaba en su dolor, ella nos dijo que quería «usar con orgullo el rótulo de viuda», porque sentía que era lo que el Señor le había dado.
El dolor siempre es personal, y tal vez otros lo enfrenten de manera diferente. Su respuesta no alivia su dolor ni hace que su hogar se sienta menos vacío. Sin embargo, nos recuerda que, incluso en medio de nuestra peor angustia, podemos confiar en nuestro Dios soberano y amoroso.
El Padre celestial también sufrió una profunda separación. Mientras Jesús colgaba de la cruz, exclamó: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?» (Mateo 27:46). Sin embargo, ¡soportó el dolor y la separación de la crucifixión por amor a nosotros!
¡Él nos entiende! Y, como «cercano está el Señor a los quebrantados de corazón» (SALMO 34:18), encontramos el consuelo que necesitamos. Él está cerca.
— Dave Branon

Señor, recibimos tu consuelo. Gracias por estar cerca de nuestro corazón roto.

sábado, 13 de febrero de 2016


tu te ries?
Flores de hielo

… hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo (v. 4).

Lectura: 1 Corintios 12:4-14
Wilson Bentley estaba fascinado con la compleja belleza de los copos de nieve. Cautivado, los observaba a través de un microscopio que su madre le había dado y hacía cientos de bocetos de sus increíbles diseños, pero se derretían demasiado rápido como para captarlos en detalle. Varios años más tarde, en 1885, tuvo una idea. Conectó una cámara de fuelle al microscopio y, después de muchos intentos, tomó la primera de cinco mil fotografías de un copo de nieve, cada uno con un diseño único. Los describía como «pequeños milagros de belleza» o «flores de hielo».
No hay dos copos de nieve iguales, aunque todos vienen de la misma fuente. Lo mismo sucede con los seguidores de Cristo. Todos venimos del mismo Creador, pero somos diferentes. En su plan glorioso, Dios ha decidido juntar a personas totalmente distintas y formar un cuerpo unificado, y nos ha dado diversas habilidades. Al describir la variedad de dones a los creyentes, Pablo escribe: «hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo. Y hay diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo. Y hay diversidad de operaciones, pero Dios, que hace todas las cosas en todos, es el mismo» (1 Corintios 12:4-6).
Gracias a Dios por la contribución singular que puedes ofrecer al ayudar y servir a otros.
— Dennis Fisher

Señor, ayúdame a usar mis dones para servirte.

viernes, 12 de febrero de 2016

(Mateo.5:13) "Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere, 
¿con qué será salada? No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y 
hollada por los hombres".

Asamblea de la Iglesia

Próxima asamblea 
Orden del día:
Preside, Pedro Pérez.
Nos dirige en oración, Jesus Venzalá.
Comparte la Palabra, Juan Pedro Romero.
Ministerios, Jesús y los equipos.
Descanso para café.
Ministerios, Juan Pedro y equipos.
Ministerios, Pedro y equipos.
Propuesta diaconado de David Gómez y Ramón de la Torre.
Ruegos y preguntas.