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miércoles, 24 de febrero de 2016
YO SOY
lunes, 22 de febrero de 2016
NO LO MEREZCO
No lo merezco...
Muchas veces en el camino nos hemos sentido indignos o inmerecedores de una vida bendecida por los errores que cometemos o las debilidades que tenemos. Así como la historia del hijo prodigo:“Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti. Ya no soy digno de ser llamado tu hijo; hazme como a uno de tus jornaleros. Y levantándose, vino a su padre. Y cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, y fue movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello, y le besó. Lucas 15:18-20
Este hijo tardó en acercarse a su padre porque se creía inmerecedor de recibir algo de su parte. Después de haber sufrido mucho por las decisiones equivocadas que tomó, sabía que no tenía otra salida. Finalmente decide volver pero no viéndose a sí mismo como hijo, sino como empleado, no como digno de los privilegios que tiene un hijo, hasta que su padre le demuestra lo contrario.
Por otro lado, quisiera comparar esta historia con otra:
Entrando Jesús en Capernaum, vino a él un centurión, rogándole, y diciendo: Señor, mi criado está postrado en casa, paralítico, gravemente atormentado. Y Jesús le dijo: Yo iré y le sanaré.
Respondió el centurión y dijo: Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo; solamente di la palabra, y mi criado sanará. Mateo 8:5-8
El Centurión era un oficial que ocupaba un alto rango del ejército Romano. Tampoco se creía digno porque conocía las cosas que hacía, pero esto no lo apartó de Dios, al contrario, precisamente porque se vio inferior es que fue a Jesús. Sabía que era el único que podía ayudarlo, su criado estaba enfermo y confiaba en que Él lo podía sanar solamente con una palabra.
“…No soy digno de desatar la correa del calzado.” Juan 1:27
La verdad es que no somos merecedores del amor y perdón de nuestro Padre Dios, ni siquiera de desatar su calzado como dice Juan el bautista. No somos dignos de tener una vida bendecida, ni de ser hijos de Dios, pero Él quiso que así fuese. Todo lo que recibes de Dios no es porque lo merezcas, sino porque Él te ama.
Si has sentido vergüenza de acercarte a Dios por tus errores o debilidades, te quiero preguntar: ¿Hasta cuándo huiras de su presencia? ¿Sabías que lejos de Él nada podrás hacer? (Jn 15:5) Así que por más que nos apartemos volveremos a sus pies. ¿Por qué esperar más sufrimiento como el hijo prodigo?
En este momento acércate a tu padre con una oración, pídele perdón y vive la vida realizada que Él tiene para ti.
¡No lo merecemos, pero somos amados!
Shirley Chambi
CVCLAVOZ
sábado, 20 de febrero de 2016
Cuatro formas de mirar
Meditaré en todas tus obras, y hablaré de tus hechos (v. 12).
Lectura: Salmo 77:1-15
La biblia en un año: Marcos 2
Mientras luchaba con algunas situaciones difíciles con sus hijos, Juana se sentó en la reunión de alabanza. Exhausta, tenía ganas de «renunciar» a su papel de madre. Las cuatro reflexiones que escuchó esa mañana la ayudaron a seguir adelante:
Mira hacia arriba y ora. Asaf expresó que sentía que Dios se había olvidado de él y lo rechazaba (Salmo 77:9-10). Podemos decirle todo al Señor con sinceridad y pedirle cualquier cosa. La respuesta quizá no llegue en el momento o de la manera que esperamos, pero Él no nos criticará por preguntar.
Mira atrás y recuerda lo que Dios hizo por ti y por otros. Asaf no habló con Dios solo sobre el dolor; también recordó el poder y las obras maravillosas del Señor por su pueblo. Escribió: «Me acordaré de las obras del Señor; sí, haré yo memoria de tus maravillas antiguas» (v. 11).
Mira hacia delante. Piensa en lo bueno que puede salir de una situación. ¿Qué podrías aprender? ¿Qué puede querer lograr Dios? ¿Qué sabes que hará ya que sus caminos son perfectos? (v. 13).
Mira otra vez. Esta vez, mira tus circunstancias con los ojos de la fe. Recuérdate a ti mismo que Él es el Dios de grandes maravillas y que es digno de confianza (v. 14).
Que estas ideas te ayuden a recuperar la perspectiva y a avanzar en tu andar de fe con Jesús.
Padre, quiero mirarte en medio de mis problemas.
viernes, 19 de febrero de 2016
La voz de la fe
Aunque la higuera no florezca […] con todo, yo me alegraré en el Señor… (vv. 17-18).
Lectura: Habacuc 3:16-19
La noticia fue abrumadora. Las lágrimas vinieron con tanta rapidez que ella no pudo reprimirlas. Las preguntas inundaban su mente, y el temor amenazaba con abrumarla. Todo iba tan bien cuando, de repente, la vida fue interrumpida y cambió para siempre sin previo aviso.
La tragedia llega de muchas maneras: una enfermedad, la pérdida de un ser querido, del patrimonio o del sustento. Puede pasarle a cualquiera en cualquier momento.
Aunque el profeta Habacuc sabía que se aproximaba una tragedia, el temor se apoderó de su corazón. Mientras esperaba el día en que Babilonia invadiría el reino de Judá, su corazón latía fuertemente, y le temblaban los labios y las piernas (Habacuc 3:16).
El miedo es una emoción legítima frente a la tragedia, pero no tiene por qué inmovilizarnos. Cuando no entendemos las pruebas que estamos atravesando, podemos recordar cómo ha obrado Dios en la historia (vv. 3-15). Eso fue lo que hizo Habacuc; y aunque no disipó sus temores, cobró valor para seguir adelante al decidir alabar al Señor (v. 18).
Dios ha probado su fidelidad y que siempre está con nosotros. Como su carácter no cambia, cuando tenemos miedo, podemos decir con la voz tranquila de la fe: «El Señor es mi fortaleza» (v. 19).
Señor, ayúdame a confiar en ti cuando mi mundo tiembla.
miércoles, 17 de febrero de 2016
Abrir puertas
… id, y haced discípulos a todas las naciones… (v. 19).
Lectura: Mateo 28:16-20
La biblia en un año: Mateo 28
Charlie Sifford es un nombre importante en el deporte. Fue el primer jugador afroamericano en jugar en la Asociación de Golfistas Profesionales, en un deporte que, hasta 1961, tenía una cláusula que prohibía la participación de personas de color. Sifford soportó la injusticia y el acoso racial, y se ganó su puesto en el nivel más alto del juego: ganó dos torneos y, en 2004, fue el primer afroamericano en entrar en el Salón de la Fama del Golf Mundial. Charlie Sifford abrió la puerta para los jugadores de golf de todas las etnias.
Abrir puertas también es una temática central en la misión del evangelio. Jesús dijo: «Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo» (Mateo 28:19-20).
La palabra naciones (v. 19) viene del vocablo griego etnos, en el que se basa la palabra étnico. En otras palabras: «Id y haced discípulos a todas las etnias». La obra de Jesús en la cruz abrió el camino al Padre para todos.
Ahora, tenemos el privilegio de abrir la puerta para otros que jamás soñaron que serían bienvenidos en la casa y la familia de Dios.
Señor, ayúdame a ser sensible con los demás y a hablarles de ti.
¿Pregunta de Dios para ti o viceversa? (Mariángeles)
Hay quien se pregunta ¿Cómo un Dios Santo, puede ser justo y misericordioso a la vez?Aceptamos muy bien la misericordia de Dios pero nos cuesta entender que Dios también es justo y no puede tolerar el pecado.
Que nos encontremos ante la ira de Dios o su misericordia, dependerá al final de nuestra decisión ante la solución que Él no dió.
"Tranquila, yo pago"
En un reino pequeño, el Rey era reconocido por ser un hombre justo y compasivo; en aquellos tiempos se había establecido una ley muy especial, y el castigo por violar esta ley era recibir 40 azotes. El reo que tenía que ser azotado era atado a una columna donde se le descubría toda la espalda y el ejecutor desde una distancia segura lo azotaba con un azote de cuero que tenían en las puntas unas pequeñas bolitas de metal recubiertas con púas y al tirar el azote las bolitas se incrustaban arrancando la carne.
Por lo general, una persona con un estado corporal débil moría antes de que finalice el castigo. Mientras que las personas con estado corporal fuerte sobrevivían pero terminaban con toda la espalda desgarrada, hasta el punto de verse los huesos.
Un día la madre del Rey fue quien cometió ese delito, fue juzgada y sentenciada. Por este hecho surgieron dos tipos de opiniones entre el pueblo. Unos decían: “El Rey es justo, va a dejar que su madre reciba el castigo por el delito”, otros decían: “Como el Rey ama a su madre y la va a perdonar”.
Llegó el esperado día del juicio en donde todos los ciudadanos se juntaron en la entrada del palacio para ver cuál iba a ser la decisión del Rey. El Rey estaba presidiendo el juicio y cuando presentaron las pruebas en contra de su madre, tuvo que dar la sentencia: “Aten a esta pecadora en la columna”, dijo.
Por un lado los ciudadanos decían: “el Rey, si es justo”, y por otro lado hablaban mal acerca del rey: “¿Cómo es posible que vaya matar a su propia madre?”(
Mientras los soldados llevaban a la madre hacia la columna, el Rey se levantó en silencio, se sacó su corona y empezó a desvestirse, bajó y caminó hacia donde estaba su madre quien temblaba de miedo. La abrazó por su espalda quedándose con ella y dijo: “¡Azoten a esta pecadora!”
El verdugo al ejecutar la orden, ¿A quién creen que golpeo?
Fue el Rey quien recibió el castigo, porque a pesar del delito cometido no podía dejar que ella recibiera el castigo. El Rey amaba de gran manera a su madre, pero también debía ser justo al mismo tiempo. Lo único que Él podía hacer era recibir el castigo en lugar de ella.
Esta historia se asemeja al gran amor y la justicia de Dios, al estar sentenciados a un castigo eterno, El bajó de su trono en forma de hombre para ponerse en nuestro lugar como lo dice: Isaías 53:5 “Pero él fue traspasado por nuestras rebeliones y aplastado por nuestros pecados. Fue golpeado para que nosotros estuviéramos en paz, fue azotado para que pudiéramos ser sanados.”
Merecíamos la muerte por nuestros pecados pero a cambio Cristo pagó el precio y con ello nos da paso a tener una relación intima con Dios, y de disfrutar las bendiciones que él ofrece.
¡Tenemos un valor incalculable, porque valemos la sangre de un Rey!
Romanos 6:23 “Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.”
lunes, 15 de febrero de 2016
La decisión de una viuda
Cercano está el Señor a los quebrantados de corazón… (v. 18).
Lectura: Salmo 34:15-22
La biblia en un año: Mateo 27:27-50
Cuando una amiga perdió de repente a su esposo por un ataque al corazón, lloré con ella. Como consejera, ella había consolado a muchas personas. Ahora, después de cuarenta años de matrimonio, se enfrentaba a la horrible perspectiva de volver a una casa vacía todos los días.
En medio de su dolor, nuestra amiga se apoyó en Aquel que está «cercano […] a los quebrantados de corazón». Mientras Dios la acompañaba en su dolor, ella nos dijo que quería «usar con orgullo el rótulo de viuda», porque sentía que era lo que el Señor le había dado.
El dolor siempre es personal, y tal vez otros lo enfrenten de manera diferente. Su respuesta no alivia su dolor ni hace que su hogar se sienta menos vacío. Sin embargo, nos recuerda que, incluso en medio de nuestra peor angustia, podemos confiar en nuestro Dios soberano y amoroso.
El Padre celestial también sufrió una profunda separación. Mientras Jesús colgaba de la cruz, exclamó: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?» (Mateo 27:46). Sin embargo, ¡soportó el dolor y la separación de la crucifixión por amor a nosotros!
¡Él nos entiende! Y, como «cercano está el Señor a los quebrantados de corazón» (SALMO 34:18), encontramos el consuelo que necesitamos. Él está cerca.
Señor, recibimos tu consuelo. Gracias por estar cerca de nuestro corazón roto.
sábado, 13 de febrero de 2016
Flores de hielo
… hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo (v. 4).
Lectura: 1 Corintios 12:4-14
Wilson Bentley estaba fascinado con la compleja belleza de los copos de nieve. Cautivado, los observaba a través de un microscopio que su madre le había dado y hacía cientos de bocetos de sus increíbles diseños, pero se derretían demasiado rápido como para captarlos en detalle. Varios años más tarde, en 1885, tuvo una idea. Conectó una cámara de fuelle al microscopio y, después de muchos intentos, tomó la primera de cinco mil fotografías de un copo de nieve, cada uno con un diseño único. Los describía como «pequeños milagros de belleza» o «flores de hielo».
No hay dos copos de nieve iguales, aunque todos vienen de la misma fuente. Lo mismo sucede con los seguidores de Cristo. Todos venimos del mismo Creador, pero somos diferentes. En su plan glorioso, Dios ha decidido juntar a personas totalmente distintas y formar un cuerpo unificado, y nos ha dado diversas habilidades. Al describir la variedad de dones a los creyentes, Pablo escribe: «hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo. Y hay diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo. Y hay diversidad de operaciones, pero Dios, que hace todas las cosas en todos, es el mismo» (1 Corintios 12:4-6).
Gracias a Dios por la contribución singular que puedes ofrecer al ayudar y servir a otros.
Señor, ayúdame a usar mis dones para servirte.
viernes, 12 de febrero de 2016
Asamblea de la Iglesia
Próxima asamblea
Orden del día:
Preside, Pedro Pérez.
Nos dirige en oración, Jesus Venzalá.
Comparte la Palabra, Juan Pedro Romero.
Ministerios, Jesús y los equipos.
Descanso para café.
Ministerios, Juan Pedro y equipos.
Ministerios, Pedro y equipos.
Propuesta diaconado de David Gómez y Ramón de la Torre.
Ruegos y preguntas.
Orden del día:
Preside, Pedro Pérez.
Nos dirige en oración, Jesus Venzalá.
Comparte la Palabra, Juan Pedro Romero.
Ministerios, Jesús y los equipos.
Descanso para café.
Ministerios, Juan Pedro y equipos.
Ministerios, Pedro y equipos.
Propuesta diaconado de David Gómez y Ramón de la Torre.
Ruegos y preguntas.
jueves, 11 de febrero de 2016
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