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martes, 4 de diciembre de 2018

Conversaciones difíciles


Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres (Romanos 12:18).
Una vez, conduje 80 kilómetros para sostener una conversación difícil con un miembro del personal. Habían informado que estaba desprestigiando a nuestra compañía, y me preocupaba nuestra reputación. Me sentí impulsada a darle mi opinión, para que modificara su proceder.
En 1 Samuel 25, una persona inesperada se arriesgó enormemente al confrontar al futuro rey de Israel, quien estaba por tomar una decisión terrible. Abigail estaba casada con Nabal, un hombre necio (vv. 3, 25), el cual se había negado a pagarle a David y sus tropas el salario habitual por proteger su ganado (vv. 10-11). Al saber que David planeaba vengarse —y que su esposo no la escucharía—, Abigail preparó una ofrenda de paz, fue a ver a David y lo persuadió a reconsiderar su decisión (vv. 18-31). Sabiamente, le recordó a David que Dios lo había llamado para ser el rey. Si resistía sus deseos de venganza, cuando fuera rey, «no [tendría] motivo de pena ni remordimientos por haber derramado sangre sin causa» (v. 31).
Tal vez tú también conozcas a alguien que está peligrosamente cerca de cometer un error que podría perjudicar a otros y comprometer su futuro en el servicio a Dios. Como Abigail, ¿podría ser que Dios te esté llamando a tener una conversación difícil? — elm

Querido Dios, ayúdame a saber cuándo debo confrontar con amor a los demás.

martes, 9 de octubre de 2018

Devocionales
Reflexiones cristianas diarias por CVCLAVOZ
 

Descansa

Hace algunos días vi un video, bastante interesante y muy reflexivo, en el que se mostraba a un bebé llorando. Su madre había muerto en el momento del parto y ella había donado su corazón a un desconocido. Muchas fueron las personas que trataban de calmar al bebé levantándolo, dándole juguetes, hablándole pero ninguno pudo consolarlo; entonces vino el hombre que había recibido el corazón de su madre, tomó al bebé y lo apoyó justo cerca de su corazón y el bebé dejó de llorar, es más comenzó a reír.

¡Qué increíble escena! El bebé reconoció el corazón de su madre. Muchos trataron de calmarlo dándole cosas pero ese recién nacido sólo necesitaba a su mamá, necesitaba  sentirla. 

No sólo los bebés tienen esa necesidad del regazo de sus padres; sin importar nuestra edad, todos tenemos ese deseo de que alguien nos tome en sus brazos cuando sentimos que ya no podemos más.

El enemigo podrá ofrecerte refugio, pero sabemos que no hay brazos más fuertes y llenos de Amor que los de nuestro Padre. 

“Sólo en Dios halla descanso mi alma; de él viene mi salvación.” Salmos 62:1 (NVI)

El bebé del video halló descanso en medio de su llanto porque reconoció el corazón de mamá, ¿Podrías reconocer el abrazo y consuelo que viene de Dios? A veces en esos momentos de dolor intenso, ya sea por enfermedad o problemas, olvidamos que tenemos un Padre que está ahí con los brazos abiertos para ayudarnos y corremos al lugar equivocado para hallar una tranquilidad superficial.

Si te encuentras totalmente destruido por los problemas que enfrentas, hoy te invito a correr a los brazos de Dios, refúgiate en su presencia y experimentarás  el verdadero descanso que sólo Él puede darte; y si piensas que por tus fallas no tienes la oportunidad de acercarte a Él déjame decirte “Dios aún está ahí para ti”

“Prueben y vean que el Señor es bueno; ¡qué alegría para los que se refugian en él!” Salmos 34:8 (NTV)


 

 
 
Judith Quisbert

viernes, 13 de julio de 2018

Él nos conoce

2018-07-13


¿Sabía Dios que yo estaba conduciendo de noche una distancia de 160 kilómetros hasta la aldea donde vivía? Dadas mis condiciones, la respuesta no era sencilla. Volaba de temperatura y me dolía la cabeza. Oré: «Señor, sé que estás conmigo, ¡pero me duele!».
Cansado y débil, estacioné junto al camino, cerca de una pequeña aldea. A los diez minutos, oí una voz: «¡Hola! ¿Necesita ayuda?». Eran unos hombres de la comunidad. Me hizo bien su presencia. Cuando me dijeron el nombre de la aldea, Naa mi n’yala (que significa: «¡El Señor sabe de mí!»), quedé pasmado. Había pasado por ahí decenas de veces, sin detenerme. Esta vez, el Señor usó ese nombre para recordarme que, en verdad, Él, el Rey, estaba conmigo mientras yo iba solo y enfermo por aquel camino. Con nuevo ánimo, fui a la clínica más cercana.
Dios sabe todo de nosotros mientras hacemos nuestras tareas diarias, andamos por distintos lugares y situaciones, y cualquiera que sea nuestra condición (Salmo 139:1-4, 7-12). No nos abandona ni nos olvida; ni está tan ocupado que nos descuide. Ni siquiera los problemas y las dificultades —nuestras «tinieblas» y «noche» (vv. 11-12)— nos esconden de su presencia. Esta verdad nos da tanta esperanza y certeza que nos lleva a alabarlo. — Lawrence Darmani

Señor, gracias porque sabes dónde estoy y lo que hago, y porque siempre puedo contar contigo.
Dios siempre sabe dónde estamos.

lunes, 25 de junio de 2018

Dar gracias

2018-06-25

La Biblia en un año: Job 3–4; Hechos 7:44-60

Y todo lo que hacéis, […] hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre… (v. 17).
Durante años, disfruté de los escritos del autor británico G. K. Chesterton. Su humor y perspectiva me hacían reír y luego pausar para una consideración más seria. Por ejemplo, escribió: «Tal vez, des gracias antes de comer. Eso está bien. Pero yo doy gracias antes de la obra y la ópera, antes del concierto y la pantomima; doy gracias antes de abrir un libro y de dibujar, pintar, nadar, practicar esgrima y boxeo, caminar, jugar y bailar; y doy gracias antes de meter la pluma en la tinta».
Es bueno dar gracias al Señor antes de cada comida, pero no deberíamos detenernos ahí. El apóstol Pablo consideraba cada actividad como algo por lo cual dar gracias a Dios, y algo que debía hacer para su gloria. «Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre» (Colosenses 3:17). La recreación, la ocupación y la educación son todas oportunidades por las cuales podemos honrar al Señor y expresarle nuestra gratitud.
Pablo también alentó a los creyentes de Colosas: «la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos» (v. 15).
La mejor ocasión para «dar gracias» es cualquier lugar y momento en que queramos agradecer al Señor y honrarlo. — David C. McCasland

Señor, gracias por tu regalo de vida eterna.
En todo lo que hagamos, demos gracias a Dios y honrémoslo.

domingo, 29 de abril de 2018


La Biblia en un año: 1 Reyes 6–7; Lucas 20:27-47

… Cristo fue fiel como Hijo sobre la casa de Dios, cuya casa somos nosotros (v. 6 lbla).
Si alguna vez hubo alguien fiel, ese fue el hermano Justice. Estaba dedicado a su familia, dedicado a su trabajo en el correo postal, y todos los domingos cumplía con su liderazgo en nuestra iglesia local. Hace poco, visité mi iglesia de la niñez, y sobre el piano estaba la misma campana que él usaba para avisarnos que el tiempo de estudio bíblico estaba por terminar. La campana había soportado el paso de los años, y, aunque hace años que el hermano Justice está con el Señor, su legado de fidelidad también perdura.
Hebreos 3 dirige la atención del lector a un siervo y a un Hijo fiel. Es innegable la fidelidad de Moisés como «siervo» de Dios, pero Jesús es Aquel en quien los creyentes deben enfocarse: «Por tanto, hermanos santos, […] considerad [a] Cristo Jesús» (v. 1). Así se alentaba a todos los que enfrentaban tentaciones (2:18). Su legado solo se generaba al seguir a Jesús, el Hijo fiel.
¿Qué haces cuando los vientos de la tentación giran a tu alrededor? ¿Cuándo estás cansado y agotado, y quieres rendirte? Una versión contextualizada del pasaje nos invita, diciendo: «pónganse a pensar seriamente en quién es Jesús» (3:1 ntv). Piensa en Él una vez más… y otra y otra. Cuando lo hacemos, encontramos al confiable Hijo de Dios que nos da ánimo. — Arthur Jackson

Padre, danos poder para honrar y seguir a Jesús.
Mirar a Jesús nos da valor para enfrentar los desafíos de la vida.
Devocionales
Reflexiones cristianas diarias por CVCLAVOZ
 

Lucha por tu libertad

“Quédense despiertos y oren para que no caigan en tentación. El espíritu está dispuesto a hacer lo correcto, pero el cuerpo es débil.” Mateo 26:41 (PDT)

Todos los que creemos en Dios y vivimos conforme a su palabra, alguna vez estuvimos bajo el dominio y la influencia del diablo. Pero el día que escuchamos de Jesucristo y creímos en todo lo que hizo por nosotros, fuimos trasladados de las tinieblas a la luz. ¿Eso significa que el diablo ya no tiene nada que ver con nosotros?

De ninguna manera, porque como hijos de Dios tenemos una batalla que pelear. Efesios 6:10-12, dice: “Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes”

Esta batalla de la cual la Biblia nos habla no es contra seres humanos, sino contra seres espirituales de maldad. Por lo tanto no podemos ignorar esta realidad y debemos pelear todos los días de nuestra vida. Porque si no batallamos no podremos resistir a los constantes ataques del enemigo y seremos devorados.

“¡Estén alerta! Cuídense de su gran enemigo, el diablo, porque anda al acecho como un león rugiente, buscando a quién devorar.” 1 Pedro 5:8

¿Cómo cuidarnos y con qué pelear? Dios tiene una armadura para nosotros que está detallada en Efesios 6:13-18. Te animo a leer esa cita y fijarte que las armas que el Señor nos da para ponernos y  pelear contra las asechanzas del diablo no son carnales.

Por lo tanto, no dudes en ponerte la armadura de Dios para vencer las luchas que tienes. No es con tus fuerzas que vencerás ese vicio, la adicción, el mal hábito o cualquier otro pecado, sino poniéndote todas las piezas de la armadura que la Biblia menciona.

No dejes que el diablo siga usado todo su arsenal de maldad para hacerte creer sus mentiras y alejarte de la verdad. Ponte la armadura de Dios y empieza a luchar por tu libertad.

“Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono.” Apocalipsis 3:21 






Diego Jora
CVCLAVOZ

miércoles, 28 de marzo de 2018

Mira y calla

2018-03-28
La Biblia en un año: Jueces 4–6; Lucas 4:31-44
… Mirad, y ved si hay dolor como mi dolor que me ha venido… (Lamentaciones 1:12).
En la canción Míralo, el compositor mexicano Rubén Sotelo describe a Jesús en la cruz. Nos invita a mirarlo y estar callados, porque, en realidad, no hay nada que decir frente a la clase de amor que Él demostró allí. Por fe, podemos imaginar la escena descrita en los Evangelios: la cruz y la sangre, los clavos y el dolor.
Cuando Jesús exhaló su último aliento, «los que estaban presentes en este espectáculo […] se volvían golpeándose el pecho» (Lucas 23:48). Otros «estaban lejos mirando» (v. 49). Miraban y estaban callados. Sólo uno, el centurión, habló: «Verdaderamente este hombre era justo» (v. 47).
Canciones y poesías se han escrito para describir este gran amor. Muchos años antes, Jeremías escribió sobre el dolor de Jerusalén tras su devastación: «¿No os conmueve a cuantos pasáis por el camino?» (Lamentaciones 1:12). Pensaba que no había mayor sufrimiento que ese. Pero ¿hubo alguna vez un sufrimiento como el de Jesús?
Todos pasamos por el sendero de la cruz. ¿Miraremos y veremos el amor de Cristo? Que en esta Pascua, cuando las palabras y los poemas no alcanzan para expresar nuestra gratitud y describir el amor de Dios, apartemos un momento para reflexionar en la muerte de Jesús; y en el silencio de nuestros corazones, expresémosle con susurros nuestra más profunda devoción. — Keila Ochoa

sábado, 17 de marzo de 2018

Susurros de aliento

2018-03-17
La Biblia en un año: Deuteronomio 30–31; Marcos 15:1-25
… que sus palabras contribuyan a la necesaria edificación… (v. 29 NVI).
El joven se movía nervioso mientras esperaba que saliera su vuelo. Sus ojos iban de una ventanilla a otra del avión. Cerró los ojos y respiró profundo, tratando de calmarse… pero no funcionó. Cuando el avión despegó, no dejaba de moverse. Una señora mayor, del otro lado del pasillo, le puso la mano en el brazo y empezó a conversar con él para distraerlo. «¿Cómo te llamas?», «¿De dónde eres?», y «No va a pasar nada» fueron algunas de las cosas que le susurró. Ella podría haberse enojado o haberlo ignorado, pero prefirió tocarlo y conversar. Cosas simples. Tres horas después, cuando aterrizaron, él dijo: «Muchísimas gracias por ayudarme».
No es fácil encontrar muestras de sensibilidad tan hermosas como esa. Para muchos, la bondad no surge naturalmente, sino que nuestro mayor interés somos nosotros mismos. Pero, cuando el apóstol Pablo exhortó: «sed benignos unos con otros, misericordiosos» (Efesios 4:32), no estaba diciendo que todo depende de nosotros. Tras tener una vida nueva por la fe en Jesús, el Espíritu comienza a transformarnos. La bondad es una obra constante del Espíritu que renueva nuestros pensamientos y actitudes (v. 23)
El Dios de compasión obra en nosotros, lo que nos permite impactar la vida de otros, susurrándoles palabras de aliento. — Anne Cetas

Señor, ayúdame a alentar a alguien hoy.

viernes, 12 de enero de 2018


Reina de los cielos.

miércoles, 3 de enero de 2018

Seleccionado de Nuestro Pan Diario

Diario de agradecimiento

2017-12-27

Alabad al Señor, naciones todas; pueblos todos, alabadle (v. 1).
Cuando recién había creído en Jesús como Salvador, un consejero espiritual me instó a escribir un diario de agradecimiento: un librito que llevaba a todas partes. A veces, registraba un motivo de gratitud de inmediato. Otras, lo escribía el fin de semana mientras dedicaba un tiempo a reflexionar.
Registrar notas de alabanza es una buena costumbre; algo que estoy considerando volver a hacer. Me ayudaría a tomar conciencia de la presencia del Señor y dar gracias por su cuidado y provisión.
En el salmo más corto de la Biblia, el 117, el escritor insta a todos a alabar al Señor «porque ha engrandecido sobre nosotros su misericordia» (v. 2).
¿Cómo te ha mostrado el Señor su misericordia hoy, esta semana, este mes o este año? No busques cosas espectaculares. Su misericordia se ve en las circunstancias comunes y corrientes de cada día. Piensa en cómo la ha mostrado hacia tu familia, iglesia y otras personas. Inunda tu mente de la grandeza de su misericordia para todos.
El salmista agregó: «Y la fidelidad del Señor es para siempre» (v. 2, énfasis agregado). En otras palabras, ¡Él seguirá amándonos! Por eso, tendremos muchas cosas para alabar al Señor en el futuro. ¡Que la gratitud a Dios caracterice nuestras vidas! — Poh Fang Chia

Señor, hoy quiero decirte: «¡Gracias por tu misericordia y fidelidad!».