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domingo, 29 de abril de 2018


La Biblia en un año: 1 Reyes 6–7; Lucas 20:27-47

… Cristo fue fiel como Hijo sobre la casa de Dios, cuya casa somos nosotros (v. 6 lbla).
Si alguna vez hubo alguien fiel, ese fue el hermano Justice. Estaba dedicado a su familia, dedicado a su trabajo en el correo postal, y todos los domingos cumplía con su liderazgo en nuestra iglesia local. Hace poco, visité mi iglesia de la niñez, y sobre el piano estaba la misma campana que él usaba para avisarnos que el tiempo de estudio bíblico estaba por terminar. La campana había soportado el paso de los años, y, aunque hace años que el hermano Justice está con el Señor, su legado de fidelidad también perdura.
Hebreos 3 dirige la atención del lector a un siervo y a un Hijo fiel. Es innegable la fidelidad de Moisés como «siervo» de Dios, pero Jesús es Aquel en quien los creyentes deben enfocarse: «Por tanto, hermanos santos, […] considerad [a] Cristo Jesús» (v. 1). Así se alentaba a todos los que enfrentaban tentaciones (2:18). Su legado solo se generaba al seguir a Jesús, el Hijo fiel.
¿Qué haces cuando los vientos de la tentación giran a tu alrededor? ¿Cuándo estás cansado y agotado, y quieres rendirte? Una versión contextualizada del pasaje nos invita, diciendo: «pónganse a pensar seriamente en quién es Jesús» (3:1 ntv). Piensa en Él una vez más… y otra y otra. Cuando lo hacemos, encontramos al confiable Hijo de Dios que nos da ánimo. — Arthur Jackson

Padre, danos poder para honrar y seguir a Jesús.
Mirar a Jesús nos da valor para enfrentar los desafíos de la vida.
Devocionales
Reflexiones cristianas diarias por CVCLAVOZ
 

Lucha por tu libertad

“Quédense despiertos y oren para que no caigan en tentación. El espíritu está dispuesto a hacer lo correcto, pero el cuerpo es débil.” Mateo 26:41 (PDT)

Todos los que creemos en Dios y vivimos conforme a su palabra, alguna vez estuvimos bajo el dominio y la influencia del diablo. Pero el día que escuchamos de Jesucristo y creímos en todo lo que hizo por nosotros, fuimos trasladados de las tinieblas a la luz. ¿Eso significa que el diablo ya no tiene nada que ver con nosotros?

De ninguna manera, porque como hijos de Dios tenemos una batalla que pelear. Efesios 6:10-12, dice: “Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes”

Esta batalla de la cual la Biblia nos habla no es contra seres humanos, sino contra seres espirituales de maldad. Por lo tanto no podemos ignorar esta realidad y debemos pelear todos los días de nuestra vida. Porque si no batallamos no podremos resistir a los constantes ataques del enemigo y seremos devorados.

“¡Estén alerta! Cuídense de su gran enemigo, el diablo, porque anda al acecho como un león rugiente, buscando a quién devorar.” 1 Pedro 5:8

¿Cómo cuidarnos y con qué pelear? Dios tiene una armadura para nosotros que está detallada en Efesios 6:13-18. Te animo a leer esa cita y fijarte que las armas que el Señor nos da para ponernos y  pelear contra las asechanzas del diablo no son carnales.

Por lo tanto, no dudes en ponerte la armadura de Dios para vencer las luchas que tienes. No es con tus fuerzas que vencerás ese vicio, la adicción, el mal hábito o cualquier otro pecado, sino poniéndote todas las piezas de la armadura que la Biblia menciona.

No dejes que el diablo siga usado todo su arsenal de maldad para hacerte creer sus mentiras y alejarte de la verdad. Ponte la armadura de Dios y empieza a luchar por tu libertad.

“Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono.” Apocalipsis 3:21 






Diego Jora
CVCLAVOZ