FELIZ 2020
QUE EL SEÑOR TE CUBRA CON LA MAYOR BENDICIÓN QUE EXISTE,
¨CONOCER Y ACEPTAR DE CORAZÓN A JESÚS¨
HORARIO DE CULTO: Adoración, Alabanza y Predicación cada domingo a las 11:00 Tiempo de Oración y Devocional bíblico cada viernes a las 20:00 (19:00 Invierno) Reunión de Mujeres cada primer miércoles de mes a las 19:00 Reunión de Hombres cada primer miércoles de mes a las 19:00
Fruto hermoso
2019-12-31
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Leer: Lucas 8:4-8, 11-15
La Biblia en un año: Malaquías 1–4; Apocalipsis 22
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… La semilla es la palabra de Dios (v. 11).
«Los niños deberían poder arrojar una semilla donde quieran [en el jardín] y ver qué sale», sugiere Rebecca Lemos-Otero, fundadora de City Blossoms. Aunque no es una pauta sobre jardinería, refleja la realidad de que cada semilla tiene potencial de producir vida. Desde 2004, esta organización ha hecho jardines en escuelas y zonas de bajos recursos. Mediante la jardinería, los niños aprenden sobre nutrición y desarrollan habilidades para trabajar. Rebecca dice: «Tener un espacio verde lleno de vida en una zona urbana […] permite que los niños estén afuera haciendo algo productivo y hermoso».
Jesús relató una historia sobre esparcir una semilla que tenía el potencial de producir «a ciento por uno» (Lucas 8:8). Esa semilla era la buena noticia de Dios plantada en «buena tierra»; es decir, en «los que con corazón bueno y recto retienen la palabra oída, y dan fruto con perseverancia» (v. 15).Jesús señaló que la única forma de ser fructíferos es manteniéndonos conectados a Él (Juan 15:4). Al aprender de Cristo y aferrarnos a Él, el Espíritu produce en nosotros el fruto de «amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre [y] templanza» (Gálatas 5:22-23). Mediante este fruto en nosotros, puede transformar a otros y volverlos fructíferos también. — Anne Cetas
¿Cómo te mantienes conectado a Cristo? ¿Qué fruto quieres que Él produzca en ti?
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Leer: Nehemías 6:1-9
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… por nuestro Dios había sido hecha esta obra (v. 16).
«¡Es imposible fracasar!»; palabras dichas por Susan B. Anthony (1820-1906), conocida por su postura firme respecto a los derechos de las mujeres en Estados Unidos. Aunque enfrentó críticas constantes y un posterior arresto, juicio y condena por votar ilegalmente, Anthony juró no abandonar nunca la lucha para conseguir el justo derecho de las mujeres a votar. Si bien no vivió para ver el fruto de su labor, su declaración demostró ser cierta. En 1920, la 19.a enmienda a la Constitución dio a las mujeres tal derecho.
Para Nehemías, el fracaso tampoco era una opción; en especial, porque tenía un Ayudador poderoso: Dios. Después de pedirle que bendijera su causa —la reconstrucción de los muros de Jerusalén—, Nehemías y los repatriados de Babilonia trabajaron para concretar la obra. Pero la oposición surgió a manera de engaño y amenazas. Nehemías no se dejó intimidar, e informó a los opositores: «Yo hago una gran obra» (Nehemías 6:3). Y después, oró: «Ahora, pues, oh Dios, fortalece tú mis manos» (v. 9). Gracias a la perseverancia, la obra se completó (v. 15).
Dios le dio a Nehemías las fuerzas para perseverar frente a la oposición. ¿Hay alguna tarea que estés tentado a abandonar? Pídele a Dios que te dé lo necesario para seguir adelante. — lmw
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¿Por qué es vital que descanses en la gracia de Dios?
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Comunicación clara
2019-06-14
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Leer: Romanos 8:18-27
La Biblia en un año: Esdras 9–10; Hechos 1
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… el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros… (v. 26).
Mientras viajaba por Asia, la pantalla de mi iPad se apagó de repente, una condición llamada «la pantalla negra de la muerte». Buscando ayuda, encontré una tienda de computación y me enfrenté a otro problema: no hablo chino, y el técnico no hablaba inglés. ¿La solución? Sacó un programa en el cual escribía en chino, pero yo podía leer en inglés. Cuando yo respondía en inglés, él podía leer en chino. El software nos permitió comunicarnos con claridad, incluso en idiomas diferentes.
A veces, siento que no puedo comunicar lo que tengo en el corazón cuando oro a mi Padre celestial… y no soy el único. A veces, a muchos nos cuesta orar. Sin embargo, el apóstol Pablo escribió: «el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos» (Romanos 8:26-27).
¡Qué maravilloso es el regalo del Espíritu Santo! Mejor que cualquier software, Él comunica claramente mis pensamientos y deseos en armonía con los propósitos del Padre. ¡La obra del Espíritu hace que la oración funcione! — Bill Crowder
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Las vigilias de la noche
2019-06-03
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Leer: Salmo 63:1-8
La Biblia en un año: 2 Crónicas 19–20; Juan 13:21-38
Cuando en mi lecho me acuerdo de ti, en ti medito durante las vigilias de la noche (v. 6 lbla).
Cuando
estaba en la universidad, pasaba mis veranos trabajando en una hostería
en las montañas. A los miembros del personal se les iba asignando por
turnos la «vigilia de la noche»: quedarse cuidando
que no hubiera ningún incendio forestal. Lo que al principio parecía
una tarea agotadora e ingrata, se transformó en una oportunidad para
estar quieto, reflexionar y hallar consuelo en la presencia de Dios.
El rey David buscaba con sed y afán la presencia de Dios (Salmo
63:1), incluso desde su cama y durante «las vigilias de la noche» (v.
6). El salmo deja claro que David estaba perturbado; posiblemente, por
la rebelión de su hijo Absalón. No obstante, la noche
se transformó en un momento para que David encontrara ayuda y
restauración «en la sombra de [las] alas [de Dios]» (v. 7); en su poder y
su presencia.Quizá estés atravesando alguna crisis o dificultad en tu vida, y las vigilias de la noche no te traigan consuelo. Tal vez tengas un «Absalón» propio que te pese en el corazón. O puede haber otras cargas familiares, laborales o financieras que asedien tus momentos de descanso. Si así es, considera estos desvelos una oportunidad para clamar a Dios y aferrarte a Él, permitiendo que su mano amorosa te sostenga (v. 8). — Evan Morgan
¿Cómo te animan las promesas de Dios cuando enfrentas desafíos que te mantienen despierto durante la noche?
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Disfrutar la belleza
2019-04-27
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Leer: Eclesiastés 3:9-13
La Biblia en un año: 1 Reyes 1–2; Lucas 19:28-48
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Todo lo hizo hermoso en su tiempo… (v. 11).
La pintura captó mi atención. Exhibida en un largo pasillo de un hospital local, las figuras de los indígenas navajos en profundos tonos pastel hicieron que me detuviera. «Mira eso», le dije a mi esposo.
Él iba caminando adelante, pero yo, aunque había otros cuadros en la pared, me detuve a observar solo ese. «Hermoso», susurré.
Muchas cosas en la vida son realmente hermosas. Obras maestras de pintura, vistas panorámicas, artesanías inspiradas. Pero también lo es la sonrisa de un niño, el saludo de un amigo, el huevo azul de un petirrojo, el caparazón duro de una almeja. Para aliviar las posibles cargas de la vida, «[Dios] todo lo hizo hermoso en su tiempo» (Eclesiastés 3:11). En esa belleza, captamos un atisbo de lo perfecto de la creación de Dios.
Como solo podemos imaginar semejante perfección, Dios nos ha concedido un anticipo a través de la belleza de la vida. Del mismo modo, Él «ha puesto eternidad en el corazón [del hombre]» (v. 11). Algunos días parecen monótonos e inútiles, pero Dios nos da momentos para admirar cosas bellas.
Gerard Curtis Delano, el artista de aquella pintura, dijo convencido: «Dios me [dio] talento para crear cosas bellas, y esto es lo que Él quería que hiciera».
Agradezcamos a Dios por los anticipos de la gloria que veremos. — PR
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El velo rasgado
2019-04-19
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Leer: Hebreos 10:10-23
La Biblia en un año: 2 Samuel 6–8; Lucas 15:1-10
Era un día triste y sombrío en las afueras de Jerusalén. En una colina fuera de los muros de la ciudad, un Hombre que había atraído multitudes de seguidores fervientes durante los últimos tres años colgaba abandonado y dolorido sobre una rústica cruz de madera. Muchos lloraban y se lamentaban. La luz del sol dejó de brillar al mediodía. Y el intenso sufrimiento de aquel Hombre terminó cuando clamó en voz alta: «Consumado es» (Mateo 27:50; Juan 19:30).
En ese mismo instante, otro ruido resonó desde el templo: el sonido de un lienzo que se rasgaba. De manera milagrosa y sin intervención humana, el enorme y grueso velo que separaba el exterior del templo del lugar santísimo se rasgó en dos, de arriba abajo (Mateo 27:51).
Aquel episodio simbolizó la realidad de la cruz: ¡un nuevo camino a Dios se había abierto! Jesús, el Hombre de la cruz, había derramado su sangre como el último sacrificio; el verdadero y suficiente (Hebreos 10:10) que permite que todos los creen en Él sean perdonados y tengan comunión con Dios (Romanos 5:6-11).
En medio de la oscuridad de aquel primer Viernes Santo, recibimos la mejor noticia: Jesús nos abrió el camino para ser salvos del pecado y tener comunión con Dios para siempre (Hebreos 10:19-22). — Dave Branon
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Esperanza restaurada
2019-04-14
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Leer: Juan 5:1-8
La Biblia en un año: 1 Samuel 25–26; Lucas 12:32-59
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Cuando Jesús lo vio acostado […], le dijo: ¿Quieres ser sano? (v. 6).
¿El sol sale por el este? ¿El cielo es azul? ¿El mar es salado? ¿El peso atómico del cobalto es 58,9? Bueno, solamente podrías saber esto último si fueras un fanático de la ciencia o te gustara la cultura general, pero las otras preguntas tienen respuestas obvias: «Sí». En realidad, este tipo de preguntas incluyen un poco de sarcasmo.
Si no tenemos cuidado, nuestros oídos modernos —a veces, hastiados— pueden captar cierto sarcasmo en la pregunta de Jesús al inválido: «¿Quieres ser sano?» (Juan 5:6). La respuesta obvia podría parecer: «¿Es una broma? ¡Hace 35 años que espero que me ayuden!». Pero no hay nada de sarcasmo. La voz de Jesús está siempre llena de compasión y sus preguntas siempre procuran beneficiarnos.
Jesús sabía que el hombre quería sanarse. Y también sabía que hacía mucho que nadie se ofrecía para ayudarlo. Antes de realizar su milagro, quería restaurar la esperanza que aquel hombre había perdido, y lo hizo mediante una pregunta bastante obvia y ofreciendo opciones de respuesta: «Levántate, toma tu lecho, y anda» (v. 8). Cada uno de nosotros es como aquel inválido, con áreas en la vida en las que hemos perdido la esperanza. Entonces, el Señor nos ve y nos invita a renovar esa esperanza creyendo en Él. — James Banks
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